martes, 30 de agosto de 2011

InquietARTE


Ese fue el efecto que consiguió Oleg Dou con su exposición en la Galería Senda. Inquietarme al contemplar sus fotografías inspiradas en la tradición del siglo XIX de fotografiar a niños muertos. Un poco como en Los otros de Alejandro Amenábar. Las fotografías de los niños son perturbadoras e inquietantes.



Un detalle que ayuda a crear esta sensación es la desaparición de las cejas y de las pestañas. Haced ese ejercicio mental: quitarle a una cara las cejas y las pestañas, extraño, ¿verdad?, que se lo digan a la Gioconda.



Sus retratos tienen para mí una mezcla de alienígenas, misticismo y angustia.



La exposición ya ha acabado pero en el Centro de Arte Santa Mónica hay una obra suya. Aún no la he visto pero está en la exposición: Olor, color, química, arte y pedagogía.




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